¿El divorcio es más común entre las parejas expat?

Lo que HR y expat tendrían que saber para el éxito de un international assignement

Emprender una nueva aventura en el extranjero quiere decir que la pareja y todos los miembros de la familia deberán enfrentarse a grandes cambios. Antes del traslado, las parejas tienden a centrarse en asuntos como la búsqueda de vivienda, la escuela para los hijos, el seguro médico, en general olvidándose por completo de los retos claves relativos a la relación de pareja, la cual sufrirá inevitablemente una transformación. Una experiencia en el extranjero puede reforzar aún más relaciones asentadas, o añadir más estrés a relaciones por sí mismas complicadas.

Sin la red de la familia y de los amigos de toda la vida, a falta de cualquier rutina y de un papel bien definido en la sociedad, las parejas se encuentran frente a la relación "sin velos", depurada de ciertos factores que a veces, en un contexto conocido, mantienen en pie equilibrios delicados y precarios. En un contexto nuevo y desconocido, dichos equilibrios se descompensan rápido. Como individuos nos encontramos de repente fuera de nuestra zona de confort, afrontando muchos retos al mismo tiempo (lengua, cultura, trabajo, soledad, ausencia de contactos sociales…) y esto se refleja inevitablemente en la pareja la cual deberá ser capaz de conjugar flexibilidad, habilidad comunicativa y mucha comprensión para poder controlar el estrés añadido que conlleva la expatriación, aplicando ajustes graduales a las dinámicas de pareja.

Una de las consecuencias de convertirse en expat supone, por ejemplo, que uno de los dos adquiera fuertes responsabilidades profesionales, que su nuevo papel conlleve frecuentes viajes y que se sienta cargado de la responsabilidad de ser la única fuente de sustento de la familia, mientras que el otro miembro de la pareja tendrá la sensación de haber puesto su vida "a la espera" para favorecer el avance de carrera de su partner y, una vez llegado a su destino, se sentirá abandonado a sí mismo.

Algunas estadísticas

Según un estudio llevado a cabo por Brookfield en 2016, el 84% de los cónyuges que se marcha para seguir al partner en su cargo en el extranjero tiene un diploma universitario; el 65% de ellos deja su propio trabajo para poder acompañar al marido / a la mujer (hoy el 23% de los contratos de expatriación es generado por mujeres – Fuente: Expatresearch), pero solo 1 de cada 4 consigue recolocarse profesionalmente durante la estancia en el extranjero. Otro del año 2009, realizado por Permits Foundation entre 3300 cónyuges y partners de expat, en 117 países diferentes, subrayaba que el 75% de los participantes en el estudio, que no estaba trabajando en el nuevo país, hubiese deseado tener una ocupación profesional.

El expat que genera la oportunidad en el extranjero reencuentra rápido un cuadro profesional "estructurante", gracias a una posición y a un rol laboral, tareas y responsabilidades determinantes, unos compañeros y una jerarquía a la que hacer referencia. El partner que le sigue, en cambio, tiene que partir de cero y en total autonomía para recrear todos sus puntos de referencia, reorganizar su cotidianidad, reconstruir una red social. Esta sensación de vacío y de momentánea falta de sentido puede llegar a durar en el tiempo, perjudicando el autoestima de la persona. Pueden aflorar sentimientos de inutilidad, confusión y desconcierto, además de la sensación de ser incompetentes e insignificantes a los ojos de la sociedad. Este malestar podrá reflejarse a su vez en el expat que al mismo tiempo tiene que lidiar con las nuevas responsabilidades profesionales y con la insatisfacción familiar: el estrés acumulado a menudo hace peligrar el proyecto de expatriación. El 65% de los contratos de expatriación que finalizan antes de tiempo, con un retorno anticipado al país de origen, es imputable de hecho a la falta de adaptación de la familia en el país huésped. Eso conlleva un costo para la empresa que varía de entre 250.000 y 2,5 millones de dólares por cada contrato terminado de forma anticipada (Fuente: Brookfield Global Relocation 2010).

Más allá de los costos para la empresa, son especialmente relevantes los costos personales que una experiencia de expatriación puede ocasionar. Según un sondeo Sofres de 2008, casi una pareja de entre tres divorcia como consecuencia de la expatriación y el porcentaje de divorcios entre los expat es un 49% superior al que se constata entre las parejas sedentarias.

Eso no quita que la expatriación pueda ser una formidable ocasión para reinventarse y para reforzar la unión dentro de las parejas expat. ¿Cuáles son los principales factores de éxito?

  • Estar absolutamente de acuerdo con el traslado al extranjero

    Para el éxito de la experiencia será esencial que ambos estén absolutamente convencidos de que quieren marcharse. El acuerdo previo permite evitar, cuando surjan las primeras dificultades, que inevitablemente se presentarán, echar la culpa al otro por la elección hecha. En caso de que los partners descubran no probar el mismo entusiasmo por la experiencia, el acuerdo previo permite hacer frente de manera menos dura a posibles resentimientos que pudieran aflorar.

  • Alinear las expectativas de la pareja antes de marcharse

    A menudo las empresas proponen en su paquete de recolocación formaciones culturales específicas, según el país de destino, formaciones indudablemente imprescindibles, pero raras veces ofrecen sesiones de coaching en las que la pareja tenga la posibilidad de manifestar sus propias expectativas, alineando sus objetivos antes del traslado. La tendencia es la de manifestar solo los aspectos logísticos del traslado, guardando para sí las expectativas de vida de cada uno, expectativas que en ausencia de diálogo pueden estar en las antípodas, una vez llegados al lugar de destino. La expatriación es un proyecto de familia y tendrá éxito solo si se trata de esta manera. Para ello son indispensables algunas "renegociaciones" en la relación de pareja y unidad de propósitos para hacer que cada miembro de la familia pueda sacar de esta experiencia compleja y enriquecedora los beneficios esperados. Se puede hacer en autonomía o con la ayuda de un experto, pero habrá que expresar las propias expectativas y compararlas con aquellas del partner con el fin de construir un proyecto de familia: es esencial para vivir la aventura de la mejor manera.

  • Recordar los principios básicos de una relación sana

    Algunos principios son básicos en cualquier relación pero se convierten en más esenciales aún para las parejas expat: intercambio, respeto, soporte, igualdad y una razonable certidumbre. Es fundamental que las decisiones se tomen conjuntamente, que exista espíritu de equipo aunque sea solo uno aquel que se encarga del sustento financiero de la familia, que haya respeto hacia el papel del otro y soporte en hacer frente a las recíprocas dificultades de adaptación. Finalmente, una razonable certidumbre, en especial para el partner que lo deja todo para seguir al otro: la de no ser abandonado cuando surjan los primeros problemas.

  • Cultivar y mejorar algunas cualidades individuales

    En especial, son importantes la curiosidad, la aceptación de los demás, el aprendizaje constante, la apertura hacia lo nuevo, la búsqueda de nuevas oportunidades de crecimiento, la renuncia a la crítica.

  • Aprovechar la ocasión para reinventarse

    Algunos partners de expat consiguen con empeño e inversión en tiempo y formación recolocarse profesionalmente en el nuevo país. En otros casos, el partner que sigue no tiene la oportunidad de trabajar por un problema de reconocimiento de títulos de estudio o porque su visado no se lo permite. Hay mil maneras para reconvertirse y reencontrar el sentido perdido: inventarse una nueva profesión, a lo mejor "móvil" gracias a las nuevas tecnologías; dedicarse a un hobby que estaba olvidado por falta de tiempo o quizás transformar un hobby en una oportunidad de negocios; dedicarse a una actividad artística o cultural o a obras de voluntariado o a causas humanitarias. Lo importante es no venirse abajo y activar todos los recursos que cada uno de nosotros tiene, también cuando cuesta recuperarlos debido al desconsuelo. Solos o con un acompañamiento profesional es posible construir un nuevo proyecto de vida y sacar el máximo beneficio de la experiencia en el extranjero.

Naturalmente todo esto es más fácil de realizar si se abandona la idea de la "doble carrera" dentro de una lógica cronológica, es decir: si uno de los dos partners considera que su propio desarrollo personal y profesional se mide por la "adquisición y el desarrollo de nuevas competencias" como por ejemplo los idiomas, la adaptabilidad, la reactividad, la capacidad de gestionar y relacionarse. Competencias que podrán ser reutilizadas en nuevos contextos o al regreso al país de origen.

Y tú, ¿cómo has vivido o estás viviendo tu experiencia de expat? ¿Tu familia se ha adaptado fácilmente? ¿Qué consejos puedes dar a aquellos que se están preparando para marcharse?

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