Los buenos propósitos mueren a finales de enero

Expat: buenos propósitos y autoeficacia

Estamos a finales de enero y ¿cómo han acabado los buenos propósitos del nuevo año a la vuelta de las vacaciones? De vuelta con mucha carga y buena voluntad, te habías comprometido/a a aprender mejor el idioma del país en el que vives, ponerte a dieta, practicar actividad física de forma regular, retomar aquel proyecto que guardas en el cajón desde hace años y que sabes ha llegado el momento de realizar...

Un mes después ¿en qué punto estás? ¿qué tal tu nivel de motivación?

Lamentablemente ocurre a menudo que a distancia de tres / cuatro semanas nuestra energía empiece a disminuir y, a pesar de nuestras mejores intenciones, hechos inesperados e imprevistos nos alejen de los objetivos que habíamos establecido. La vida en el extranjero está llena de continuos retos y es fácil perderse en el intento de resolver los problemas puntuales. Se recae rápido en los viejos hábitos, listos para reformular buenos propósitos a la primera ocasión, ¡que coincide en general con la vuelta de las vacaciones veraniegas!

A menudo durante las sesiones individuales con mis clientes, me toca acabar con el mito del "cambio milagroso". No existen recetas secretas o varitas mágicas que nos permitan cumplir nuestros buenos propósitos. Detrás de cada cambio están:

  • disciplina

  • paciencia

  • esfuerzo

No puedes hacer nada más que aceptarlo. Y cada recorrido es lento e irregular, a lo mejor das dos pasos adelante y uno atrás como los cangrejos, tienes la sensación de que nada está cambiando y de repente todo se transforma.

¿Cómo conseguir estar centrados en los buenos propósitos de comienzo de año y no dejar que desaparezcan con el tiempo?

La respuesta reside en el cultivar tu propia autoeficacia. El psicólogo Albert Bandura define la autoeficacia como "La convicción de poder tener éxito o fracasar en una prestación".

Con una baja creencia de autoeficacia coinciden a menudo comportamientos de evitación, bajas prestaciones o fracaso, mientras que la persona con elevado nivel de autoeficacia tiene buenas probabilidades de lograr resultados satisfactorios

¿Cuáles son los 4 factores que influyen en nuestra autoeficacia?

  • La experiencia del éxito

    Muchas pequeñas victorias repetidas en el tiempo incrementan tu creencia de autoeficacia y tu perseverancia, mucho más que un gran éxito reflejado en titulares.
    En este sentido es fundamental definir unos micros objetivos diarios / semanales / mensuales, concentrando tus energías en aquellos, en lugar de fijar un gran objetivo que te transmite la sensación de tener que subir al Everest de golpe y sin entrenamiento.

  • La experiencia vicaria

    Con este término Bandura entiende el hecho que observar a personas que desempeñan con éxito una determinada tarea puede aumentar por reflejo tu autoeficacia.
    Se trata de escoger unos modelos de referencia concretos: personas que partiendo de supuestos similares a los tuyos han logrado objetivos comparables con aquellos que tú te has fijado. Analizar sus estrategias, sus acciones concretas, intentar entrar en contacto con ellas y en general dejarse inspirar, puede ser muy productivo.

  • La persuasión social

    En un artículo mío de los anteriores "Dime con quién andas y te diré quién eres, ¡ también en el extranjero!" retomaba el concepto de Jim Rohn según el cual "Tú eres la media de las 5 personas que frecuentas más".
    Si quieres mejorar tu autoeficacia aprende a rodearte de personas positivas, emprendedoras, que te apoyen y te estimulen para ser la mejor versión de ti mismo.

  • Los estados fisiológicos y emotivos

    Un alto nivel de autoeficacia se basa también en la capacidad de encontrarse en el estado de ánimo adecuado cuando haya que hacer frente a los retos. Estar estresados no ayuda a alcanzar los objetivos. En este caso es fundamental trabajar sobre el propio diálogo interior, para aprender a transformar un estado negativo en positivo. Por ejemplo aprender a considerar el estrés como tensión creativa, porque es justamente gracias a aquella tensión que conseguimos dar el mejor de nosotros mismos.

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Las sesiones de coaching podrán ser en lengua italiana, francesa, española, alemana o inglesa.
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